Causas de la disfunción eréctil o impotencia

¿Por qué se produce la disfunción eréctil o impotencia?

Causas de la disfunción eréctil o impotencia

¿Por qué se produce la disfunción eréctil o impotencia?

Estas con las causas más frecuentes de la disfunción eréctil o impotencia.

Enfermedades crónicas
Entre las enfermedades asociadas a la disfunción eréctil se encuentran: hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiovasculares, aumento del colesterol, insuficiencia hepática y renal, depresión y trastornos psicóticos.

Cirugía y traumatismos
Las cirugías más asociadas a la aparición de la disfunción eréctil son las intervenciones quirúrgicas del área pélvica como las que se realizan por cáncer de próstata, vejiga o recto. En estos casos no sólo se pueden ver dañados los nervios, sino también los vasos de la zona.

Entre los traumatismos asociados a la disfunción eréctil, se incluyen los que lesionan la columna vertebral, traumatismos craneales y fractura de pelvis. La disfunción se produce porque se interrumpe la conexión entre el sistema nervioso y el tejido eréctil.

Fármacos y otros factores
Algunos fármacos pueden causar como efecto secundario no deseado disfunción eréctil. Entre ellos se encuentran medicamentos que se utilizan para tratar la hipertensión arterial, el exceso de colesterol en la sangre, la depresión, el insomnio, la úlcera de estómago, fármacos para el tratamiento del cáncer o la radioterapia.

A veces no es posible retirar el medicamento ni sustituirlo por otro, o bien no es suficiente su retirada para que la función eréctil se restablezca. En estos casos la utilización de un tratamiento sintomático para la disfunción eréctil es algo apropiado. No debe retirar la toma de un fármaco prescrito por su médico sin consultárselo, aunque usted sospeche que es el causante de su disfunción eréctil. De la misma manera, el consumo de tabaco, alcohol y drogas de abuso (cocaina, heroína,…) pueden también producir disfunción eréctil.

Factores psicológicos
Se estima que de un 20% a un 30% de las disfunciones eréctiles tienen un origen psicológico.

Hay situaciones que pueden facilitar la aparición de disfunción eréctil a medio o largo plazo: una educación moral o religiosa restrictiva, una información sexual inadecuada, experiencias sexuales traumáticas o relaciones deterioradas entre los padres.

Otras situaciones en cambio, pueden condicionar su aparición a corto plazo: disfunción eréctil previa, problemas en la relación de pareja, fallos esporádicos de erección o infidelidad

Diabetes
La diabetes es la enfermedad crónica que con más frecuencia da lugar a una disfunción eréctil. En los varones que padecen diabetes, la disfunción eréctil es una complicación más de la enfermedad, al igual que la hipertensión, cifras altas de colesterol, etc. Hasta un 35-75% de los diabéticos pueden llegar a padecer este problema en algún momento de la enfermedad.

Un buen control de la diabetes disminuye la probabilidad de aparición de la disfunción eréctil. Recuerde que es importante: mantener cifras de glucosa controladas, cumplir estrictamente con el tratamiento, seguir los consejos sobre ejercicio físico y hábitos dietéticos recomendados por su médico.

Por fortuna, la mayoría de las personas diabéticas que padecen disfunción eréctil encuentran un tratamiento efectivo independientemente de que la aparición de su disfunción esté relacionada con la afectación de los vasos sanguíneos o de los nervios que pueden condicionar esta enfermedad, o bien sea causa de la medicación prescrita.

Hipertensión
La hipertensión arterial es un problema frecuente que afecta aproximadamente al 20-40% de la población. Hasta un 25-30% de los varones que padecen hipertensión, manifiestan trastornos en la respuesta sexual, siendo el problema más frecuente la disfunción eréctil. Un buen control de la tensión arterial disminuye la probabilidad de aparición de disfunción eréctil.

Recuerde que es importante: revisar periódicamente su tensión arterial, cumplir con el tratamiento farmacológico, tal y como ha indicado su médico, y seguir los consejos sobre ejercicio físico y hábitos dietéticos recomendados.

Afortunadamente, la mayoría de los pacientes hipertensos que padecen este problema encuentran un tratamiento efectivo, independientemente de que la aparición de su disfunción esté relacionada con el problema vascular o la medicación prescrita.

Problemas de corazón
Entre un 38-78% de los varones afectados por infarto de miocardio presenta problemas de erección. Si se le diagnostica una cardiopatía, no dude en preguntar a su médico todas sus dudas y preocupaciones sobre su futura vida sexual. Las principales causas físicas de disfunción eréctil en los pacientes con problemas de corazón, son la aterosclerosis, porque produce dificultad en la llegada de sangre al pene, y algunos fármacos. En numerosas ocasiones el miedo a sufrir una recaída durante el acto sexual conduce a una disfunción eréctil e incluso a querer evitar la relación sexual. Es fundamental que el paciente pregunte al especialista acerca del nivel de esfuerzo que puede realizar.

Recuerde que es importante: mantener un control de todos los factores de riesgo relacionados con su enfermedad (tabaco, colesterol, tensión arterial, glucemia), cumplir con el tratamiento farmacológico tal y como ha indicado su médico, y seguir los consejos sobre ejercicio físico y hábitos dietéticos recomendados.

Por fortuna, la mayoría de los varones con problemas de corazón que padecen disfunción eréctil, encuentran un tratamiento efectivo independientemente de que el origen de esta disfunción sea su patología cardíaca o la medicación prescrita.

Trastorno hormonal
El origen hormonal no representa más del 5% de los casos de disfunción eréctil a pesar de que durante muchos años se han prescrito hormonas sexuales a los varones aquejados de problemas de erección. El mecanismo considerado responsable de la disfunción eréctil en la mayoría de las causas endocrinas es el descenso de los niveles de testosterona en sangre, que habitualmente se acompaña de una reducción del deseo sexual o libido. Un exceso de otras hormonas como la prolactina, el cortisol o las hormonas tiroideas entre otras, puede provocar también el descenso de hormonas sexuales masculinas.

Por todo ello, siempre que se diagnostique un descenso de testosterona, antes de iniciar cualquier terapia se debe estudiar la posible existencia de un cuadro más complejo que sea el último responsable de la disfunción sexual y que por sí mismo requiera un tratamiento.

Actualmente el tratamiento con suplementos hormonales (testosterona) no está indicado en aquellos casos en los que no se ha encontrado un descenso de las concentraciones de testosterona. Es más, en estos casos, no sólo no es beneficioso sino que puede llegar a ser perjudicial.

Lesión medular
Muchas personas con lesiones medulares se sienten muy preocupadas por cómo su lesión puede afectar a su capacidad para participar y disfrutar de una relación sexual. En el hombre, la forma más común de alteración de la función sexual es la disfunción eréctil.

En estos varones, el grado de repercusión de la lesión sobre la función eréctil depende de la gravedad y localización de la misma. Aunque el 75% de los varones con lesión medular puede experimentar erecciones, éstas sólo permiten mantener relaciones sexuales satisfactorias en el 25% de los casos. Afortunadamente, la mayoría de los casos de disfunción eréctil tiene tratamiento, independientemente de que estén asociados con traumatismos o con medicamentos.

Cirugía prostática
La probabilidad de disfunción eréctil aumenta después de una prostatectomía radical. Se calcula que entre un 24% y un 68% de los varones sometidos a este tipo de procedimiento quirúrgico desarrolla disfunción eréctil. Este porcentaje varía en función del tipo de técnica quirúrgica utilizada. Por ello, si ha observado algún cambio significativo en su capacidad para alcanzar o mantener una erección después de someterse a una prostatectomía radical o a una resección transuretral de próstata, su situación es bastante habitual.

Por fortuna, la mayoría de los casos de disfunción eréctil tiene tratamiento, independientemente de que estén o no relacionados con una intervención quirúrgica o la medicación prescrita.

Depresión
La depresión puede anular la capacidad de la persona para disfrutar de los placeres de la vida. No sólo afecta a su mente, también a su cuerpo, en ocasiones de forma inesperada. Como consecuencia, muchos hombres a los que se les ha diagnosticado depresión, sufren además otro problema: disfunción eréctil.

Los estudios demuestran que la probabilidad de que se produzca algún grado de disfunción eréctil en el hombre deprimido, oscila entre el 60% y el 90%, dependiendo de la gravedad de la depresión. Aunque superar la depresión puede ser una tarea lenta y difícil, la recuperación no tiene por qué verse complicada por los problemas de erección. Por este motivo, es fundamental que ambos componentes de la pareja estén bien informados sobre la disfunción eréctil, de forma que puedan tratarla si llega a producirse.

Por fortuna, la mayoría de los pacientes con depresión que padecen disfunción eréctil, encuentra un tratamiento efectivo, independientemente de que el origen de esta disfunción sea su patología o la medicación prescrita.

Tabaco y alcohol
El tabaco y el consumo excesivo de alcohol son dos hábitos nocivos que tienen efectos negativos sobre numerosos tejidos y funciones del organismo, entre los que se encuentra la respuesta sexual y más concretamente, la función eréctil.

Se ha observado un aumento en el número de casos de disfunción eréctil entre la población fumadora. El tabaco es un factor de riesgo cardiovascular y puede alterar también los niveles hormonales normales. Por su acción directa sobre los vasos sanguíneos y por facilitar el desarrollo de aterosclerosis, reduce el flujo sanguíneo en el pene, dificultando así el proceso de la erección.

La ingesta abusiva de bebidas alcohólicas provoca cambios en la respuesta sexual. Tanto el consumo crónico, como la ingesta aguda ocasional de alcohol, pueden producir trastornos en los mecanismos de la erección. El consumo crónico tiene efectos nocivos sobre el hígado, los testículos y la transmisión del impulso nervioso, por lo que es un factor de riesgo que se asocia en muchas ocasiones a la Disfunción Eréctil.

Trastornos emocionales
La ansiedad, el estrés, el exceso de trabajo o preocupaciones, son causas frecuentes de Disfunción Eréctil. Las situaciones de alerta o estrés hacen que los niveles de ciertas sustancias químicas como la adrenalina, no sean los adecuados para que suceda la vasodilatación de las arterias que irrigan el pene. De este modo, la afluencia de sangre se ve dificultada y se ve impedida la erección. Con frecuencia, suele haber problemas emocionales que pueden afectar tanto a la autoestima como a las relaciones del individuo y pueden perpetuar la disfunción eréctil.

Miedo de actuación y actitud del espectador: sea la causa de la disfunción eréctil orgánica o psicógena, siempre se establece lo que se denomina ansiedad de rendimiento y anticipación al fracaso. El hombre permanece demasiado atento a la respuesta eréctil, se autoobserva, no centrándose en las sensaciones eróticas agradables que influyen positivamente en la consecución de la erección. Esta situación, contrariamente a lo esperado, conduce a sucesivos fracasos erectivos. De esta forma se entra en una espiral fallo-miedo-fallo que suele ser difícil de superar por uno mismo. En estos casos, la ayuda temprana de un profesional puede ser determinante.

Hay una causa común en nuestra sociedad actual que es la “inactividad sexual”. Sin que exista ningún trastorno orgánico ni psicógeno, el individuo, por razones diversas, va distanciando progresivamente su actividad sexual, lo que va a afectar a las distintas fases de la respuesta sexual: deseo, excitación, orgasmo y satisfacción, causando frecuentemente anorgasmia femenina o impotencia masculina.