Artículo sobre «La incontinencia urinaria no debe ser un tema tabú» en el Suplemento Más Salud del Diario Vasco

Un 24% de las mujeres y un 7% de los hombres padece incontinencia urinaria. Al contrario de lo que muchos piensan, se trata de una patología que puede resolverse en la mayoría de los casos correctamente indicados, el 85%, si bien una cuarta parte de los pacientes que padecen incontinencia urinaria no acude al médico por vergüenza y falta de información, principalmente.

Los doctores Ion Madina y Javier Azparren abordan esta situación desde su punto de vista como especialistas en Urología.

Son muchas las personas que creen que la incontinencia urinaria es una consecuencia natural que llega con la edad, pero los especialistas lo desmienten. “Se trata de una patología, no de algo natural. Hay muchas personas que no acuden al especialista porque consideran que es algo bochornoso. Por ello, es importante ofrecer información y explicar que es algo que sucede a muchas personas, sobre todo a partir de los 65 años, tanto a hombres como a mujeres, y, sobre todo, que tiene cura”, subrayan los urólogos. Y es que “en la mayoría de los casos se resuelve con tratamientos sencillos, mínimamente invasivos, siempre que estén correctamente indicados”, recuerdan.

La incontinencia urinaria es un problema que afecta muchísimo a la calidad de vida de las personas. Además, produce consecuencias médicas, como úlceras cutáneas, infecciones de orina o caídas, además de problemas psicológicos (ansiedad, preocupación, depresión…) y sociales como el aislamiento.

Los doctores Madina y Azparren insisten en acudir al especialista para abordar este problema “dejando atrás las vergüenzas, porque no se tiene por qué convivir con ello, cuando en la gran parte de los casos se puede curar”.

La incontinencia urinaria “de esfuerzo” es la más común. Se produce como consecuencia de un movimiento físico brusco, como saltar, toser o estornudar. Por otro lado, la incontinencia “de urgencia” se produce porque la vejiga se contrae y el paciente no es capaz de controlarla. Por último, la incontinencia urinaria “mixta” es una combinación de las dos primeras.

Para los tres tipos de incontinencia urinaria existe un tratamiento. Las técnicas de modificación de conducta, como los ejercicios del suelo pélvico o el reentrenamiento vesical, funcionan para la incontinencia “de esfuerzo” y “de urgencia”, respectivamente. Asimismo, existen tratamientos farmacológicos, basados esencialmente en la adaptación de los medicamentos a las necesidades de cada paciente.

Una de las grandes novedades en los tratamientos para la incontinencia urinaria es la cirugía que consiste en la colocación de una malla que da soporte al músculo encargado de controlar la orina. Este tipo de intervención quirúrgica se puede realizar tanto desde la vagina como por laparoscopia y, en ambos casos, el paciente recibe el alta hospitalaria en 24-48 horas.

Como medidas generales, a las personas que padecen incontinencia urinaria se les recomienda llevar a cabo una dieta higiénico-dietética, evitando las bebidas excitantes como el café, té o alcohol; la modificación del patrón de toma de líquidos, reduciendo su aporte a partir de las tardes; la adaptación del tipo de ropa, escogiendo prendas que se quiten fácilmente; mejorar la movilidad; cambiar los fármacos que pueden empeorar la incontinencia así como suprimir los obstáculos o barreras ambientales.

EL LÁSER VERDE

La Hiperplasia benigna de próstata (HBP) consiste en un aumento de tamaño benigno de la glándula. Esta afección es muy frecuente en los hombres a partir de los 50 años de edad. El aumento de tamaño es parte del desarrollo normal del cuerpo humano. No obstante, hay momentos en el que el crecimiento de la próstata empieza a causar problemas y es el punto en el que se habla de «hiperplasia»: crecimiento mayor de lo deseable.

La hiperplasia es un fenómeno de naturaleza benigna, es decir que no tiene ninguna relación con el cáncer de próstata. Sin embargo, no se debe confundir benigno con inofensivo. Los síntomas de la HBP pueden ser de dos tipos: Síntomas obstructivos o síntomas irritativos.

Los síntomas obstructivos son dificultad para iniciar la micción, chorro urinario de poca fuerza, que el acto de orinar se realice en dos tiempos, la necesidad de apretar para conseguir vaciar la vejiga y la sensación de orina al acabar. Por otro lado, los síntomas irritativos son la necesidad de orinar frecuentemente o de orinar por la noche, sensación imperiosa de orinar o la incontinencia por la imperiosidad. Cabe la posibilidad de que se puedan producir síntomas más graves como la imposibilidad absoluta para orinar (retención urinaria), infecciones urinarias, la presencia de sangre en la orina y la alteración de la función de los riñones.

Los doctores Madina y Azparren recomiendan algunos hábitos para los pacientes con hiperplasia benigna de próstata: “Es recomendable que el paciente evite ingerir grandes cantidades de líquido en poco tiempo y evite las comidas copiosas, tenga calma aunque tarde algunos segundos en comenzar a orinar y ejerza una presión progresiva de los músculos abdominales, beba líquido con intervalos de tiempo para evitar infecciones y la formación de cálculos, elimine las comidas con alimentos muy fuertes (embutidos, picantes, salazones y especies), disminuya la ingestión de alcohol, orinar siempre que se sienta la necesidad, evitar permanecer sentado mucho tiempo, evitar largos desplazamientos en medios de locomoción sin efectuar descansos de unos 10 minutos para caminar y orinar y, finalmente, es recomendable mantener relaciones sexuales con regularidad y a ser posible completas, es decir, con eyaculación”.

DIFERENTES TRATAMIENTOS

El tratamiento con medicamentos de la HBP debería considerarse como una opción para pacientes que presentan síntomas leve-moderados y que merman su calidad de vida. El tratamiento quirúrgico se suele reservar hoy en día para los siguientes casos: para pacientes que tienen las complicaciones de la HBP, en aquellos que tienen síntomas que no están controlados adecuadamente con el tratamiento médico y quienes optan por renunciar a un tratamiento médico y desean recibir un tratamiento más definitivo.

En palabras de los doctores Madina y Azparren, el láser verde es “uno de los mejores métodos con los que se cuenta para atacar este problema cuando hay indicaciones”. Estamos ante una técnica innovadora y revolucionaria, minimamente invasiva, para solucionar definitivamente los síntomas provocados por el crecimiento benigno de la próstata.

La Vaporización Fotoselectiva con Láser verde de la Próstata consiste en una intervención con anestesia epidural, en la que se introduce por vía uretral (conducto urinario del pene) un instrumento del tamaño de un cabello por el que pasan las pulsaciones del láser, que eliminan por completo los tejidos de la próstata agrandada.

Los beneficios que se consiguen son importantes, sobre todo en aquellos hombres con un agrandamiento de la próstata (próstata benigna) que presenten dificultad al orinar a pesar de la medicación, necesiten tomar más de una medicación antiprostáticas o sean pacientes multimedicados.

En los casos en los que se utiliza este método, la estancia hospitalaria no rebasa las 24 horas. Las cirugías tradicionales requieren permanecer en el hospital entre 5 y 8 días. Además, no hay pérdida de sangre, el efecto coagulante que incluye el láser verde la hace muy indicada en pacientes de alto riesgo con anticoagulantes.

Un 25% de los pacientes con incontinencia urinaria no acude al especialista por vergüenza. Esta es una actitud que habría que dejar de lado, puesto que la mayoría de pacientes que son tratados consiguen superar la dolencia.